Artículo Cortesía de Juan Manuel Saint Hilaire
Los Estados Unidos de Norteamérica tienen 306 millones de habitantes, y 500 jugadores de Grandes Ligas, eso les da un promedio de 1.6 jugadores por cada millón de personas.
La República Dominicana tiene 10 millones de habitantes, y 98 jugadores de grandes ligas, al comienzo de la temporada 2008. Eso nos da un promedio de 9.8 jugadores por cada millón de personas.
Escuelas de béisbol, identificación temprana de talento, y numerosas academias de grandes ligas, acompañadas del sueño de la mayoría de los jovencitos (llegar al Big Show), son la principal causa de éste éxito dominicano.
Muchas veces se puede escuchar a jovencitos diciendo a su padre: “papi, si algún día viene un scout, firmo por lo que sea, yo lo que quiero es jugar”. Para evitar de esa forma el grave error que han cometido muchos, no aceptan la cantidad por considerarla muy baja, y después su hijo no tiene otra oportunidad en la vida, más que la de ser empleado en algún trabajo que nunca quiso.
Por dicha razón hay entrenadores de béisbol, y nos consta el caso de Rafael Tavares (Tranquilo), de la escuela de béisbol Tranquilo, que en las charlas de motivación a sus jugadores incluye el incentivo al estudio como la base del progreso, porque si no lo hacen tendrán menos opciones, si es que el béisbol no les sonríe.
El presupuesto de los padres dominicanos debe incluir el dinero para comprar toda la indumentaria de béisbol, que incluye entre otros: ganchos, guantes, pelotas, pecheras, uniformes, guantillas, muñequeras, medias o calcetines y bates, pero claro tenemos muy bien sabido que la mayoría de los big leaguers, fueron muchachos con escasos recursos, y tenían que jugar como decimos popularmente “a mano pela, y con ganchos prestados”.
Suerte o talento o quizás una combinación de ambas, son el comienzo de un largo camino, para que hoy día tengamos un porcentaje 6 veces mayor que el de los norteamericanos, en cuanto a presencia en el deporte que muchos acreditan su invención al general estadounidense Abner Doubleday, El Béisbol.
La República Dominicana tiene 10 millones de habitantes, y 98 jugadores de grandes ligas, al comienzo de la temporada 2008. Eso nos da un promedio de 9.8 jugadores por cada millón de personas.
Escuelas de béisbol, identificación temprana de talento, y numerosas academias de grandes ligas, acompañadas del sueño de la mayoría de los jovencitos (llegar al Big Show), son la principal causa de éste éxito dominicano.
Muchas veces se puede escuchar a jovencitos diciendo a su padre: “papi, si algún día viene un scout, firmo por lo que sea, yo lo que quiero es jugar”. Para evitar de esa forma el grave error que han cometido muchos, no aceptan la cantidad por considerarla muy baja, y después su hijo no tiene otra oportunidad en la vida, más que la de ser empleado en algún trabajo que nunca quiso.
Por dicha razón hay entrenadores de béisbol, y nos consta el caso de Rafael Tavares (Tranquilo), de la escuela de béisbol Tranquilo, que en las charlas de motivación a sus jugadores incluye el incentivo al estudio como la base del progreso, porque si no lo hacen tendrán menos opciones, si es que el béisbol no les sonríe.
El presupuesto de los padres dominicanos debe incluir el dinero para comprar toda la indumentaria de béisbol, que incluye entre otros: ganchos, guantes, pelotas, pecheras, uniformes, guantillas, muñequeras, medias o calcetines y bates, pero claro tenemos muy bien sabido que la mayoría de los big leaguers, fueron muchachos con escasos recursos, y tenían que jugar como decimos popularmente “a mano pela, y con ganchos prestados”.
Suerte o talento o quizás una combinación de ambas, son el comienzo de un largo camino, para que hoy día tengamos un porcentaje 6 veces mayor que el de los norteamericanos, en cuanto a presencia en el deporte que muchos acreditan su invención al general estadounidense Abner Doubleday, El Béisbol.
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