A pesar de ser considerado el rey del Reino Animal por su vigor y sus hábitos predadores. El león es capaz de dominar a cualquier otro animal, en ese mundo que todos conocemos como la selva, pero en República Dominicana al fin de cuentas es solo algo simbólico porque nadie le teme, y son un manso corderito al alcance de todos los demás animales del mundo beisbolero, como son; El Águila, El Tigre, Los Gigantes, El Elefante y Los Toros.
Su más reciente colapso en otra temporada de Beisbol, es la misma novela de terror de los últimos 16 años, siempre pierden los juegos importantes, y sus jugadores no ofrecen el 100% en el diamante. Este equipo es difícil de concebir, lo que pasa en sus filas siempre recibe la inyección de jugadores conocidos, y un plantel poderoso pero no lucen como deberían ser (un conjunto con garras), y determinación a la hora de ejecutar frente a sus presas, que los convierten a ellos en su propia carnada.
Durante tanto tiempo no podemos encontrar una verdadera justificación, él porque los melenudos no puedan acariciar el campeonato más a menudo, y uno se pregunta donde esta ese orgullo feroz, que caracteriza al rey de la selva. Ya que sus constantes desilusiones son tan humillantes, que cada año llenan de estupor a los más incrédulos seguidores.
Primero: podríamos decir que estarían pasando por una transición, dando paso a nuevos jugadores que puedan limpiar esa mala imagen que refleja el Escogido en cada torneo.
Segundo: sus directivos están desarrollando un sistema diferente en busca de estructurar un conjunto competitivo, bien balanceado en los distintos aspectos del juego, y han logrado muchos cambios favorables para esa organización, pero todavía falta mucho camino por recorrer.
Tercero: quizás una de las partes más difíciles dentro del conjunto (la disciplina), aquí hay unos jóvenes que arrastran desde hace mucho tiempo una dejadez, por sudar esta chaqueta como lo hacen los jugadores de las Águilas y el Licey. Los cuales se benefician de los campeonatos de este beisbol por la entrega de sus jugadores, en el Escogido esto no existe, y se nota en cada temporada de beisbol.
Cuarto: la mala suerte persiguió al Escogido, no el pobre desempeño de una serie de hombres dejó en el camino a este tradicional conjunto capitaleño, principalmente en el picheo estuvo su mayor debacle. Bartolomé Fortunato salvó tres partidos, pero su efectividad fue de 5.93 con 13.2 innings lanzados, permitiendo 22 hits y 9 carreras limpias con record de (0-2), unidos a otros como Julio Mateo con (1-4, 3.70), Edward Valdez (1-3, 4.31), Elizardo Ramírez (0-2, 5.54) y el refuerzo Steven Hammond (1-2, 4.79).
En el bateo también aparecen personas claves como el súper prospecto Carlos Gómez, que promedió de 243, apenas 1 cuadrangular y 5 impulsadas, Wilson Betemit, 234 de bateo con 1 cuadrangular y 8 impulsadas, Freddy Guzmán con 258 promedio, el importado Kilaika Hue arrastró el bate con 239, apenas 3 cuadrangulares y 10 impulsadas, Miguel Olivo enseño poco con promedio de 162, y 7 impulsadas y Argenis Reyes con 221 y 8 impulsadas.
Este cuadro del picheo y el bateo nos muestra las debilidades, y perezas de un conjunto que fue estructurado para clasificar al todo contra todos, y después de esa faceta buscar los elementos necesarios que dieran el toque final al soñado titulo de campeón, que no ganan desde el año 1991-92, luego de barrer a Las Estrellas en cuatro partidos bajo la tutela del legendario Felipe Alou.
Ahora para los seguidores y directivos del Escogido solo queda esperar otro bendito octubre, y ver qué pasa con su equipo que tiene talento, y solo es cuestión de trabajarlo, pero la disciplina y el orgullo de sudar su camiseta sería el punto que daría a esta escuadra el arraigo de valentía, y decisión por ganar algo que falta en la cueva de los Leones del Escogido, el máximo galardón del beisbol dominicano.
Su más reciente colapso en otra temporada de Beisbol, es la misma novela de terror de los últimos 16 años, siempre pierden los juegos importantes, y sus jugadores no ofrecen el 100% en el diamante. Este equipo es difícil de concebir, lo que pasa en sus filas siempre recibe la inyección de jugadores conocidos, y un plantel poderoso pero no lucen como deberían ser (un conjunto con garras), y determinación a la hora de ejecutar frente a sus presas, que los convierten a ellos en su propia carnada.
Durante tanto tiempo no podemos encontrar una verdadera justificación, él porque los melenudos no puedan acariciar el campeonato más a menudo, y uno se pregunta donde esta ese orgullo feroz, que caracteriza al rey de la selva. Ya que sus constantes desilusiones son tan humillantes, que cada año llenan de estupor a los más incrédulos seguidores.
Primero: podríamos decir que estarían pasando por una transición, dando paso a nuevos jugadores que puedan limpiar esa mala imagen que refleja el Escogido en cada torneo.
Segundo: sus directivos están desarrollando un sistema diferente en busca de estructurar un conjunto competitivo, bien balanceado en los distintos aspectos del juego, y han logrado muchos cambios favorables para esa organización, pero todavía falta mucho camino por recorrer.
Tercero: quizás una de las partes más difíciles dentro del conjunto (la disciplina), aquí hay unos jóvenes que arrastran desde hace mucho tiempo una dejadez, por sudar esta chaqueta como lo hacen los jugadores de las Águilas y el Licey. Los cuales se benefician de los campeonatos de este beisbol por la entrega de sus jugadores, en el Escogido esto no existe, y se nota en cada temporada de beisbol.
Cuarto: la mala suerte persiguió al Escogido, no el pobre desempeño de una serie de hombres dejó en el camino a este tradicional conjunto capitaleño, principalmente en el picheo estuvo su mayor debacle. Bartolomé Fortunato salvó tres partidos, pero su efectividad fue de 5.93 con 13.2 innings lanzados, permitiendo 22 hits y 9 carreras limpias con record de (0-2), unidos a otros como Julio Mateo con (1-4, 3.70), Edward Valdez (1-3, 4.31), Elizardo Ramírez (0-2, 5.54) y el refuerzo Steven Hammond (1-2, 4.79).
En el bateo también aparecen personas claves como el súper prospecto Carlos Gómez, que promedió de 243, apenas 1 cuadrangular y 5 impulsadas, Wilson Betemit, 234 de bateo con 1 cuadrangular y 8 impulsadas, Freddy Guzmán con 258 promedio, el importado Kilaika Hue arrastró el bate con 239, apenas 3 cuadrangulares y 10 impulsadas, Miguel Olivo enseño poco con promedio de 162, y 7 impulsadas y Argenis Reyes con 221 y 8 impulsadas.
Este cuadro del picheo y el bateo nos muestra las debilidades, y perezas de un conjunto que fue estructurado para clasificar al todo contra todos, y después de esa faceta buscar los elementos necesarios que dieran el toque final al soñado titulo de campeón, que no ganan desde el año 1991-92, luego de barrer a Las Estrellas en cuatro partidos bajo la tutela del legendario Felipe Alou.
Ahora para los seguidores y directivos del Escogido solo queda esperar otro bendito octubre, y ver qué pasa con su equipo que tiene talento, y solo es cuestión de trabajarlo, pero la disciplina y el orgullo de sudar su camiseta sería el punto que daría a esta escuadra el arraigo de valentía, y decisión por ganar algo que falta en la cueva de los Leones del Escogido, el máximo galardón del beisbol dominicano.
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