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En sus comentarios públicos sólo desde el final de la temporada, hechos a Larry King en una entrevista muy publicitada, Lebron James lo dejó bien en claro. A duras penas fue la parte más destacada de la discusión, pero para aquellos que saben cómo opera James, una declaración sobre la agencia libre fue más importante que todas los demás.
"La única persona a la que escucho es a mí mismo", dijo James a King. "Saben, ni siquiera con el resto de los agentes libres, ni con mis amigos, ni con mi grupo de apoyo. Yo me consulto a mí mismo. Voy a tener que sentarme y preguntarme ¿Donde quieres jugar? ¿Cuál va a ser tu futuro?".
James se refiere a ese comité individual. Cuando James concluyó las negociaciones con Reebok para firmar con Nike por menos dinero, fue su decisión.
Cuando James derribó una casa de $2 millones en una propiedad fuera de Akron, Ohio, para limpiar la tierra para construir su hogar ideal, fue su decisión.
Cuando James despidió a su agente de gran éxito a los 20 años para iniciar su propia empresa de marketing --una movida sin precedentes-- fue su decisión.
Cuando James decidió evadir el protocolo y no estrechar manos tras perder contra Orlando Magic en el 2009 en las finales de la Conferencia Este, fue su decisión.
Algunas de las decisiones han funcionado, algunos no. Una cosa no cambia: James no tiene remordimientos, y eso es porque toma decisiones y toma responsabilidades. Siempre lo ha hecho y siempre será así.
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