Por Carlos Bianchi / ESPNdeportes.com
LA FIGURA
Creo que todos van a coincidir en que el gran protagonista de la jornada fue Martín Palermo, que insiste con seguir agregándole escenas a la gran película de su vida.
Martín entró faltando sólo 10 minutos, y como ha sido recurrente en su extensa carrera, estuvo en el lugar indicado en el momento indicado. La oportunidad que no había tenido Diego Milito en 80 minutos la tuvo él en sólo 10, y la aprovechó al máximo: toque de derecha y adentro, para sellar el 2-0 de Argentina y convertirse en el debutante mundialista de más edad en anotar (36 años y 277 días).
LA DECEPCIÓN
La campaña de Francia terminó tal cual había empezado: opaca, intrascendente y sin pena ni gloria, en un fracaso probablemente más grande que el de 2002.
Seguramente recuerden lo que le había costado clasificar a Les Bleus: la mano de Henry contra Irlanda fue el recurso que tuvo que usar para llegar a Sudáfrica. Pero nada cambió desde entonces: Francia fue un equipo sin ideas y sin alma, errante y sin personalidad, que debe replantearse muchas cosas.
LA DESPEDIDA
Para Sudáfrica, en cambio, el final de su campaña tuvo un sabor más dulce que amargo. Es cierto que ahora tiene la poco deseada marca de ser el primer anfitrión que no avanza más allá de la fase de grupos, pero haber terminado su participación venciendo a Francia hizo menos doloroso el adiós.
Por sobre todas las cosas, lo que esta campaña debería ser es un aliciente para que el fútbol siga creciendo en Sudáfrica, ahora que se demostraron a sí mismos que pueden codearse con los mejores.
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